La fitoterapia veterinaria es tan antigua como la humana (10-20000 años). Es el uso de las plantas aprovechando las propiedades de sus componentes químicos para tratar enfermedades. Esta forma tradicional de medicina es la raíz de muchos de nuestros medicamentos de hoy en día. En su forma original, las plantas son capaces de curar de una forma más suave y natural.
Las plantas pueden imitar el efecto de muchos medicamentos pero con menos efectos secundarios. Esto se debe a que contienen cientos de componentes químicos que tienen un efecto equilibrador sobre la toxicidad de algunos de ellos. Por ejemplo, muchos diuréticos causan pérdidas de potasio. La ortiga es un diurético suave que además tiene una concentración alta de potasio lo que ayuda a compensar parte de las pérdidas.
Pueden ser muy efectivas y gracias a su efecto sinérgico, efecto equilibrador de los diferentes fitoquímicos, tienen un margen de seguridad mayor que el de muchos medicamento farmacológicos.
Podemos tratar un amplio rango de enfermedades. Normalmente utilizamos preparados con varias plantas, que trabajarán de forma sinérgica y actuarán sobre más de una función para ayudar a resolver la enfermedad. Los podemos utilizar en gotas o comprimidos.
Nuestros animales toleran bien estos remedios aunque algunas plantas están contraindicadas en animales, sobre todo en el gato. Hay que tener cuidado con esto, ya que tendemos a creer que son completamente inocuas y que si nos van bien a nosotros, a nuestras mascotas también. Lo mismo sucede con los fármacos que utilizamos, algunos están contraindicados en nuestras mascotas, como por ejemplo el ibuprofeno que es tóxico para los perros y puede llegar a ser mortal para el gato.